Otros vidrios
Los vidrios mostrados hasta ahora son todos vidrios artificiales con base de sílice. Pero hay muchos otros vidrios: de fluoruros, de calcógenos (o anfígenos), de fosfatos, de base orgánica como las resinas o incluso vidrios de origen natural. A continuación mostraré un par de ejemplos más con sus aplicaciones.
Los vidrios de aluminosilicato contienen alrededor de un 20% de alúmina (óxido de aluminio, Al2O3) en su composición. Semejante al vidrio borosilicatado, presenta mayor resistencia al calor y al ataque de agentes químicos pero es más difícil de trabajar. Aún así se emplea en tuberías de combustión, en indicadores de presión en calderas de vapor a alta presión y en lámparas halógenas que tengan que soportar temperaturas de hasta 750 ºC. Con un fino recubrimiento metálico se emplean como resistores en electrónica.
Los vidrios de fluoruros presentan aplicaciones que van desde la electrónica a la óptica. Por ejemplo, las lentes de fluorita se fabrican con vidrio de fluoruro de calcio (CaF2), especialmente para teleobjetivos y así corregir la aberración cromática. Hoy día están siendo reemplazados por vidrios de baja dispersión con mayor índice de refracción y menos frágiles. Los vidrios de fluoruros dopados con praseodimio se emplean como amplificadores ópticos.
Y podríamos seguir con ello y dedicarles un blog entero, pero va a ser que no ;).
Colorantes del vidrio
El más antiguo tema de química del vidrio se basa en la coloración del mismo. De forma similar a lo que ocurre con los colores de los fuegos artificiales, ciertos elementos permiten dotar al vidrio de un color característico.
La coloración del vidrio puede producirse por iones, por medio de una dispersión coloidal o por partículas macroscópicas. Para más detalle podéis leer aquí el apartado de Cómo darle color al vidrio. Veamos algunos de ellos:
En la próxima entrada, y también la última sobre este monográfico, daremos algunas pautas sobre el reciclaje del vidrio, que nunca viene mal tener una chuleta al repecto ;).
Los vidrios mostrados hasta ahora son todos vidrios artificiales con base de sílice. Pero hay muchos otros vidrios: de fluoruros, de calcógenos (o anfígenos), de fosfatos, de base orgánica como las resinas o incluso vidrios de origen natural. A continuación mostraré un par de ejemplos más con sus aplicaciones.
Los vidrios de aluminosilicato contienen alrededor de un 20% de alúmina (óxido de aluminio, Al2O3) en su composición. Semejante al vidrio borosilicatado, presenta mayor resistencia al calor y al ataque de agentes químicos pero es más difícil de trabajar. Aún así se emplea en tuberías de combustión, en indicadores de presión en calderas de vapor a alta presión y en lámparas halógenas que tengan que soportar temperaturas de hasta 750 ºC. Con un fino recubrimiento metálico se emplean como resistores en electrónica.
Los vidrios de fluoruros presentan aplicaciones que van desde la electrónica a la óptica. Por ejemplo, las lentes de fluorita se fabrican con vidrio de fluoruro de calcio (CaF2), especialmente para teleobjetivos y así corregir la aberración cromática. Hoy día están siendo reemplazados por vidrios de baja dispersión con mayor índice de refracción y menos frágiles. Los vidrios de fluoruros dopados con praseodimio se emplean como amplificadores ópticos.
Y podríamos seguir con ello y dedicarles un blog entero, pero va a ser que no ;).
Colorantes del vidrio
El más antiguo tema de química del vidrio se basa en la coloración del mismo. De forma similar a lo que ocurre con los colores de los fuegos artificiales, ciertos elementos permiten dotar al vidrio de un color característico.
La coloración del vidrio puede producirse por iones, por medio de una dispersión coloidal o por partículas macroscópicas. Para más detalle podéis leer aquí el apartado de Cómo darle color al vidrio. Veamos algunos de ellos:
- Manganeso: confiere tonalidades que van del rosado a las propias de la amatista. Cuando los vidrios fabricados presentan un tenue color verdoso debido a impurezas de hierro, la adición de pequeñas cantidades de manganeso elimina esa coloración. Es uno de los aditivos del vidrio más antiguos.
- Azufre: junto con carbono y sales de hierro, se emplea para formar polisulfuros y producir el vidrio ámbar en tonalidades que van del amarillento a casi negro. En el vidrio borosilicatado da color azul. Con calcio otorga un intenso color amarillo.
- Cadmio: junto al selenio da el característico color rojo de los semáforos, mientras que si se añade azufre, da el color amarillo-ámbar.
- Oro: no confiere color alguno al vidrio, al menos no en principio. Si el vidrio con oro se recalienta, éste adquiere un característico color rojo rubí.
- Cobalto: a bajas concentraciones (0,025-0,1%) proporciona color azul. En concentraciones aún menores puede emplearse como decolorante.
- Cromo: da un color verde esmeralda. La adición de cobre proporciona un tono ligeramente azulado que constituye el color oficialmente aceptado para el verde semáforo.
- Titanio: proporciona un color amarillento-marrón pero rara vez se emplea solo. Normalmente se añade como intensificador de otros colorantes.
En la próxima entrada, y también la última sobre este monográfico, daremos algunas pautas sobre el reciclaje del vidrio, que nunca viene mal tener una chuleta al repecto ;).
No hay comentarios:
Publicar un comentario